Entre lo “bueno” y lo “excelente” Yo no quiero ser una mujer buena. Seamos francas: hay tantas mujeres buenas que mueren y que son portada de los periódicos. Buenas para callarse, buenas para vestirse como quieren los maridos, buenas las que no trabajan fuera de casa para evitar pleitos porque los esposos son celosos, buenas las que no alzan la voz y guardan silencio aunque les peguen, buenas las que van de la casa a la escuela de sus hijos y de la escuela de sus hijos a la casa. Buenas las que barren bien, limpian bien, aplanchan bien, sacuden bien y hacen bien el arroz y no reciben ni un cinco, porque “todo lo hacen por amor.” Este modelo de roles de género ha marcado a tantas generaciones, limitando sus sueños y escondiendo sus talentos. La historia de una mujer entera Conocí a una mujer entera, de unos 40 años, que hacía todo lo anterior, bien. Ella era una mujer buena. Pero le pedía a Dios que su marido se atrasara cinco minutos cuando al arroz le faltaban cinco minutos para estar en su punto. Si el arroz no estaba listo cuando él llegara, aparecerían las palabras humillantes: “Buena para nada”. Ahora ella sabe que es lo que yo quisiera ser: buena no, excelente. Ahí empieza mi visión de empoderamiento femenino: elegir no solo cumplir, sino vivir con dignidad, libertad y conciencia. Lo excelente como elección de vida Excelente para hablar de las cosas que no me gustan; excelente para vestir de la forma en que me sienta cómoda. Excelente para trabajar y compartir mis talentos; excelente para desautorizar toda forma de agresión; excelente para sentirme tranquila en casa, ir al colegio de mi hija, reunirme a tomar café con una amiga o un amigo, decir sí a alguna propuesta novedosa de trabajo, irme a teñir las canitas… Aquí entiendo que no se trata de conformarse con ser una mujer buena, sino de aspirar a la excelencia femenina. Una forma de romper con los viejos roles de género y abrir camino hacia una verdadera libertad de la mujer. Y sí, admiro a las que son buenas, porque claro que lo son: barriendo, limpiando, aplanchando, sacudiendo y haciendo el arroz… pero qué excelente sería que reciban por ello dinero, que lo manejen y que se chineen, porque sé que todo eso, la mayoría lo hacen por amor. Si alguna considera que esto está bien, la respeto, y espero que reciba a cambio la misma consideración de parte de quienes ama. Si deseas conocer una de nuestras marcas, te presentamos +DCRK. Ingresa y descubre lo que podemos hacer por tí. Más allá de lo bueno Yo no quiero ser una mujer buena. Lo bueno no es lo mío. No nací para eso. Lo mío es lo excelente, porque la vida no es sólo buena. ¿O me vas a decir que reírte a carcajadas con tus amigas es simplemente bueno? ¿O que recibás una llamada de amor de tu marido, ese hombre imperfecto que te ama a vos imperfecta, es tan sólo algo bueno? ¿O que tengás un cheque y decidás comprarte unas botas divinas que viste en la vitrina de aquella tienda, es un detallito apenas bueno? ¿O que tus hijos vean que vas al colegio porque aunque las reuniones son aburridas, los amamos y nos aguantamos los regaños de sus profes, es algo buenillo? ¡Qué va! La vida es más que “buena”: es la búsqueda constante de empoderamiento femenino, de libertad de la mujer, y de aprender a romper estereotipos que nos limitan. Yo no quiero ser una mujer buena.Yo lo quiero todo, a Dios conmigo, y no acepto menos que eso. Escrito por: Lizeth Castro. Si te interesó este artículo, puedes encontrar más en nuestro blog. https://www.youtube.com/watch?v=9kwLNknXVaY Lizeth Castro Periodista Aliada estratégica de Fabián Zolo
Una conexión entre risas, historias y amistad
En este programa, Juan Vainas, Chibolo Morgan nos ofrecen una conversación llena de risas y anécdotas con un humor costarricense que tiene la capacidad de conexión entre las personas, romper barreras y llenar a través de una comedia basada en la cultura costarricense. Durante esta plática, estos queridos personajes compartieron su experiencia en el mundo del entretenimiento, el impacto de su trabajo en el público y los retos que han enfrentado a lo largo de su carrera, especialmente en la evolución de la comedia en los últimos años. Un fenómeno cultural Juan Vainas y Chibolo se han convertido en símbolos del humor costarricense desde su aparición en teatro y televisión. Con su característico estilo campesino, han logrado plasmar la esencia del tico, resaltando las costumbres, el lenguaje y la picardía que tanto los identifica. Morgan, con su estilo espontáneo y conquistador, complementa la fórmula perfecta para hacer reír a carcajadas encantando a grandes y chicos. Cada uno de estos personajes llevó un proceso de construcción, permitiendo mostrar a las nuevas generaciones la identidad del costarricense, desde sus palabras, humildad e inocencia, logrando mantenerse en el corazón del público a lo largo de los años. Para ellos, la clave del éxito radica en la autenticidad y en la capacidad de adaptarse a los tiempos sin perder la esencia de su comedia tica. Desafíos y evolución en la comedia actual En un mundo que está en constante cambio los desafíos y la evolución de la comedia no esperan. Con el progreso de la tecnología y las redes sociales, se han debido adaptar a nuevos formatos y tendencias para seguir conectados con la audiencia. Chibolo (Magdiel Ramírez) mencionó cómo aparte del teatro y televisión han explorado plataformas digitales para llegar a las nuevas generaciones sin perder la esencia de su humor. Otro desafío importante es encontrar el equilibrio entre el humor y la sensibilidad del público actual. «Antes uno hacía un chiste y la gente se reía, pero ahora hay que tener más cuidado con lo que se dice porque cualquier cosa puede malinterpretarse», comentó Morgan (Mauricio Astorga). A pesar de esto, los tres coinciden en que la clave está en hacer reír con respeto e ingenuidad, sin necesidad de recurrir a la burla o la ofensa. Lenguaje universal para conectar por con el público Si en algo coinciden nuestros tres amigos, es en que el humor no solamente se trata de una forma de entretenimiento, sino también una herramienta para crear conexión con las personas y sobrellevar momentos difíciles. En esta entrevista nos compartieron experiencias conmovedoras de fans que les han comentado cómo sus programas, sketches y actuaciones en vivo han sido un alivio en tiempos difíciles. «El mejor pago que podemos recibir no es el dinero, sino las sonrisas del público», mencionó Juan Vainas (Ricardo Jiménez) durante la conversación, destacando que su motivación principal es hacer reír y llevar alegría a los hogares costarricenses. Improvisando a través de la vida Desde la visión de nuestros invitados, en la vida, es fundamental tener claro nuestro propósito, pero también estar abiertos a la posibilidad del cambio de libreto. A veces, las circunstancias nos sacan del guión y nos llevan por rutas inesperadas, y es ahí donde debemos estar atentos, no solo a lo que planificamos, sino también a las oportunidades y aprendizajes que surgen en el proceso. La realidad no siempre sigue una estructura fija, y adaptarnos con conciencia y claridad nos permitirá seguir avanzando sin perder de vista nuestra verdadera misión. A lo largo de nuestra vida, el humor juega un papel importantísimo, y estos talentosos comediantes nos recordaron cómo la risa no solo nos une, sino que también actúa como una poderosa herramienta de conexión, sanación y resiliencia, especialmente en los momentos más desafiantes, donde muchas veces, hay que improvisar. https://www.youtube.com/watch?v=U_C66aUcKlI&t ¿Deseas que tu marca tenga más visibilidad? Tenemos toda una plataforma integral para hacer eso realidad, desde exposición en redes sociales, web, radio y e programa De Cerca y Personal. Conoce como puedes ser un socio patrocinador haciendo clíck aquí mismo.