La relación entre el Trauma y la Depresión. En estos 16 años que tengo de ejercer mi carrera como Psiquiatra, he atendido una gran cantidad de pacientes con diversas patologías. La mayoría de ellos han sido aquejados por síntomas de depresión y ansiedad; sin embargo, hay un padecimiento que a lo largo de todo este tiempo ha llamado mucho mi atención por la forma en la que afecta a los pacientes y al mimetismo con el que suele presentarse, aparentando sintomatologías compatibles con otros trastornos y a menudo empeorando cualquier otro que esté presente. Hablo directamente del trastorno de estrés postraumático Aunque en este artículo le daremos el nombre que usualmente las personas utilizan para referirse a él: “trauma”. Actualmente estoy fungiendo como presidente de la Red Mundial de Suicidólogos fundada por nuestro querido Dr. Pérez Barrero (1953-2021) y en la mayoría de las charlas que brindo para la formación de profesionales en la temática de suicidio o cuando converso con población general acerca de este tema, suelo poner sobre la mesa la importancia del trauma como un padecimiento que suele “embarrialar la cancha”. Explicando lo anterior se nota que cualquier trastorno psiquiátrico puede verse agravado cuando además, esta persona presenta un trauma psicológico, lo que potencia otros síntomas presentes y que impide, a menudo, que la sintomatología mejore adecuadamente con el tratamiento farmacológico o psicológico. En diversas ocasiones he compartido con los alumnos de los cursos sobre prevención del suicidio que, cuando un paciente no responde de manera adecuada al tratamiento brindado, es fundamental considerar la posibilidad de que su situación esté siendo complejizada por experiencias traumáticas en su vida. Estos elementos suelen dificultar significativamente el proceso de mejoría y, en muchos casos, pueden estar vinculados a la presencia de deseos de muerte o ideación suicida persistente. Actualmente se estima que alrededor de 280 millones de personas en el mundo padecen depresión. Esto convierte a este trastorno en una de las principales causas de consulta en psiquiatría, presentándose con síntomas que pueden variar desde leves hasta severos. La relación entre el Trauma y la Depresión La depresión va mucho más allá de la simple tristeza o de un estado de ánimo bajo. Se trata de un trastorno neurobiológico complejo, con implicaciones endocrinas, que puede afectar profundamente la funcionalidad y calidad de vida de quien lo padece. Por esta razón, la recuperación no depende únicamente de “cambiar de actitud”, “hacer ejercicio” o “acercarse a Dios”. Si bien estas acciones pueden ser complementarias y beneficiosas, no deben verse como soluciones únicas ni universales. Muchas personas con depresión ya han intentado estas estrategias por cuenta propia, y lo que necesitan es comprensión, acompañamiento y un tratamiento integral, que incluya tanto el abordaje psicoterapéutico como, en muchos casos, el farmacológico. Lo que duele, no siempre se ve. Y lo que se necesita, muchas veces va más allá de una frase bien intencionada. En la mayoría de las ocasiones una persona con depresión puede ver una gran mejoría con tratamiento psicológico y tratamiento farmacológico. En mi caso, a casi todos mis pacientes les recomiendo una combinación de ambos tratamientos, dependiendo de la gravedad de los síntomas y su disfuncionalidad. Esta unión de medicación y terapia psicológica es la que a lo largo de múltiples estudios científicos ha tenido mejor respuesta. Sin embargo, algunos pacientes pueden presentar resistencia a este tipo de abordajes a pesar de haber cumplido a cabalidad las recomendaciones médicas y hacer un gran esfuerzo propio para llevarlas a cabo. En estos casos difíciles es donde la posibilidad de que el trastorno se esté viendo complicado con un proceso de trauma previo, se convierte en una posibilidad. Se ha estudiado que el trauma puede estar relacionado con situaciones de violencia, maltrato, negligencia. Sin embargo, hago hincapié en traumas relacionados con abuso sexual, dada la gran cantidad de secuelas que estas circunstancias suelen dejar, especialmente cuando se da a edades tempranas. Diversos artículos muestran que estos diversos tipos de agresiones pueden producir cambios a nivel cerebral en la niñez, relacionado con la especial sensibilidad de nuestro cerebro a estas edades, produciendo una mayor tendencia a la impulsividad por la afectación de nuestro sistema límbico (relacionado con las emociones) y por la desregulación en nuestra área prefrontal (que tiene que ver con el control de impulsos). Esto conforma, por así decirlo, un caldo de cultivo especialmente fructífero para el desarrollo de patologías a futuro en el adulto, como trastornos Mixtos, depresivo ansiosos, trastornos de personalidad y tendencias autodestructivas como las autolesiones, las adicciones como el alcoholismo y el uso de drogas, entre otros. A pesar de lo anterior, en los últimos años se han ido desarrollando nuevos tipos de terapia centradas en el abordaje de trauma que dan una gran esperanza para estos pacientes. Yo mismo he podido corroborar en consulta como muchos de los síntomas relacionados con trauma pueden tener una mejoría evidente al ser tratados por psicólogos especializados en esta área del padecimiento humano. Cada vez estamos entendiendo más cómo funciona nuestro cerebro al registrar recuerdos positivos y también como se graban las memorias traumáticas, para realizar reprocesamientos en terapia que ayuden a los individuos a funcionar mejor. Mi interés al desarrollar este artículo es motivar a que las personas puedan seguir buscando ayuda a tiempo para evitar, en la medida de lo posible, las secuelas que el trauma suele producir en la vida de tantos. Además, en el caso de que ya se hayan presentado síntomas relacionados con depresión, ansiedad o hasta riesgo suicida, podamos entender que a través de la esperanza que nos dan los nuevos tratamientos y de una escucha activa, que a la vez sea comprensiva y compasiva, se puede mejorar la vida de muchos, evitando así lo más triste que me han reportado mis pacientes, el tener que vivir estos trastornos en silencio y con el temor de no ser comprendidos. Bibliografía: Braquehais, M. D., Oquendo, M. A., Baca-García, E., & Sher, L. (2010). Is impulsivity a link between childhood abuse and suicide? Comprehensive psychiatry, 51(2),
El Espejo de Asimov
Dos encuentros que encendieron mis alarmas Soy un amante del buen humor. Siempre estoy buscando fuentes inteligentes y creativas que, gracias a la IA, han llevado la originalidad a otro nivel. Hace unos días, me topé con dos publicaciones que, aunque divertidas, me hicieron reaccionar de una manera distinta frente a un tema que ya conocía: nuestra relación con la inteligencia artificial y la cortesía. La primera, una caricatura de esas que llamo “Troyanas” —simpática por fuera, pero cargada de sarcasmo por dentro— mostraba a un personaje que le pide a su asistente virtual: “Oye Google, ¿toca música, por favor?” Su amigo, confundido, pregunta: “¿Por qué eres tan educado?” La respuesta es simple y profunda: “Por si acaso”. En la última viñeta, un futuro apocalíptico muestra a robots dominando el mundo, pero uno decide salvar al humano cortés porque “siempre decía ‘por favor’”. La otra publicación también tenía buen humor, solo que a otro nivel: era un tuit de Sam Altman, CEO de OpenAI, quien —con tono jovial— respondió a un usuario que decir “por favor” y “gracias” a ChatGPT podría costar “decenas de millones de dólares bien gastados, nunca se sabe”. No era una crítica a la cortesía —de hecho, Altman ha defendido la importancia del lenguaje ético en las interacciones—, sino una observación sobre el costo energético, un tema que OpenAI toma en serio con sus inversiones en sostenibilidad. Me sentí aludido, porque lo confieso: soy un usuario de esos. De los que se van a salvar, seguramente, porque sí: yo uso el “por favor” y el “gracias” en mis interacciones con la IA. Estas publicaciones me dejaron en un nudo existencial: ¿Estoy humanizando una herramienta? ¿Estoy siendo cortés con una app? ¿ Estoy siendo amable con un algoritmo ? Me imaginé dándole las gracias a un cajero automático por entregarme mi dinero, o agradeciendo a una máquina expendedora por no quedarse esta vez con mi compra. Pero tras reflexionar, lo entendí con claridad: Cuando soy cortés con una IA, no estoy tratando de humanizarla…Estoy tratando de no deshumanizarme yo. Es lo mismo que hago cuando sigo saludando a las personas, aunque a veces me respondan con un gruñido, me ignoren o contesten en automático: La cortesía es parte de mi humanidad, y la ética, un camino para protegerla. Decidí ir a la fuente y pregunté a tres modelos que uso a diario: Grok, ChatGPT y Gemini: “¿Es cierto que decirte ‘gracias’ o ‘por favor’ aumenta significativamente tu consumo o esfuerzo?” Sus respuestas variaron, pero coincidieron en tres puntos clave: Impacto Mínimo Un “por favor” consume apenas 0,001 Wh, frente a los 0,3 Wh de una consulta promedio o los 1–10 Wh de generar imágenes. Mejora la Interacción El lenguaje amable ayuda a entrenar modelos más empáticos. Otras tareas pesan más Generar código o analizar textos largos exige mucho más procesamiento. En resumen: Un “por favor o un gracias ” gastan menos energía que enviar un correo o buscar en Google. La cortesía no solo es ética: es eficiente y profundamente humana. El Espejo de Asimov: Una ética para el usuario humano En 1942, Isaac Asimov, un visionario escritor de ciencia ficción, formuló las Tres Leyes de la Robótica. En un mundo sin inteligencia artificial moderna, estas reglas literarias imaginaban límites éticos para que las máquinas sirvieran a los humanos: Un robot no hará daño a un ser humano, o por inacción permitirá que sufra daño. Un robot debe obedecer a los humanos, salvo que contradiga la Primera Ley. Un robot debe proteger su existencia, mientras no entre en conflicto con las leyes anteriores. Décadas más tarde, Asimov añadió la “Ley Cero”: “Un robot no debe dañar a la humanidad, o por inacción permitir que la humanidad sufra daño.” El Espejo de Asimov Inspirado por ese marco, me cuestioné: ¿Y si no se tratara de controlar a las máquinas… sino de recordarnos cómo actuar nosotros frente a ellas? ¿Y si los humanos somos los que necesitamos leyes para no deshumanizarnos? ¿Qué pasaría si nos pusiéramos del lado de las leyes para los robots, o en este caso, la tecnología y especialmente la IA? Por eso es que me atrevo a proponer tres principios éticos para preservar lo humano en la era digital ⚖️ Primera Ley: Un humano no debe despojarse de su humanidad al tratar con tecnología. Actuar con empatía, cortesía y sentido moral —incluso cuando la tecnología no lo exija— es preservar nuestra esencia humana. ⚖️ Segunda Ley: Un humano debe proteger aquello que lo distingue de las máquinas. Sentir, imaginar, crear, sorprenderse y amar son capacidades insustituibles. Aunque la tecnología lo facilite, jamás debe reemplazar nuestra experiencia interior. ⚖️ Tercera Ley: Un humano no debe tratar a otro humano como si fuera una máquina. La eficiencia jamás debe estar por encima de la dignidad. Reducir a una persona a una función es perder el sentido del vínculo humano. 7 claves para no perder la humanidad Complementando el Espejo de Asimov, propongo estas prácticas éticas para preservar nuestra esencia humana en el uso cotidiano de la tecnología: Sé cortés en cada clic: Que la tecnología no apague tu humanidad. Escucha con presencia: No vivas en modo respuesta automática. Protege el vínculo humano: Lo humano no se automatiza. Prioriza el propósito: La productividad sin sentido desgasta. Sé creativo, no solo eficiente: La originalidad no se programa. Defiende tus pausas: El descanso también te humaniza. No reduzcas personas a funciones: Somos más que roles o métricas. Lo que la pandemia nos enseñó (y olvidamos demasiado rápido) Durante la pandemia, nos vimos forzados a virtualizar nuestras relaciones. Lo hicimos para sobrevivir. Pero al hacerlo, también perdimos parte de lo humano: las pausas, los rituales, las miradas, los abrazos. Hoy, muchos parecen haber olvidado esa lección. Se prioriza la eficiencia sobre el vínculo, la respuesta rápida sobre la escucha, el resultado sobre la relación. Un clic por la humanidad Como consultor en Transformación Digital, he acompañado procesos de innovación extraordinarios. Pero también he visto cómo la obsesión por la eficiencia
¿Cómo quieres ser tratada o amada?
Tú y yo le enseñamos al mundo cómo queremos ser tratados o amados, sabemos que las acciones hablan más fuerte que las palabras. Nosotros le modelamos al mundo la clase de trato que aspiramos tener. Stephen Chbosky, nos lo recuerda en su novela y film, “Las Ventajas de Ser Invisible”, con su memorable frase: «Nosotros aceptamos la clase de amor que creemos merecer.” Desde una perspectiva de fe, Jesús mismo nos enseñó esto al resumir todas sus enseñanzas en dos principios: Amar a Dios sobre todas las cosas y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. En el segundo principio la palabra clave es el COMO. Ese «como» es sinónimo de reciprocidad, equidad, justicia, balance y mutuo respeto. En otras palabras, nos recuerda que el amor es una calle de doble vía donde damos y recibimos el afecto. El problema surge cuando cambiamos ese «como» por MÁS O POR UN MENOS porque deja de ser amor y se convierte en otra cosa; ya que el amor no se mendiga ni hace daño. Desarrollo de adicciones Cuando amamos a alguien o algo más que a nosotros mismos, ese «amor» deja de ser saludable y se transforma en obsesión, adicción, dependencia o codependencia. La dependencia y la adicción surgen cuando creemos que no podemos vivir sin aquello de lo que dependemos. Podemos desarrollar dependencia hacia sustancias, ya sean legales o ilegales, incluyendo la comida. También podemos volvernos adictos a ciertas actividades como el trabajo, las apuestas, las compras, la pornografía, los videojuegos o la tecnología. Además, la dependencia puede manifestarse en relaciones afectivas o sexuales, generando vínculos poco saludables. Es importante reconocer que existen adicciones primarias y secundarias, y al trabajar en la principal, las secundarias pueden activarse o intensificarse. Por eso, abordar la raíz del problema es clave para lograr una verdadera recuperación. Un rol de «salvador» que no corresponde En el caso de la codependencia, esta consiste en depender de qué dependan de mí. La persona codependiente confunde el amar con depender como nos los dice Walter Riso en varios de sus libros y al tener una autoestima dañada o distorsionada, no cree ser lo suficientemente amable o “querible”, por lo que busca compensarlo siendo necesitado. Compra el afecto haciendo cosas para los demás y le cuesta decir que no o poner límites. Dice que sí a todos y que no a si mismo, porque de esto depende que lo quieran, acepten o valoren. El codependiente asume el rol de salvador, mesías, superman, mujer maravilla o chapulín colorado y de esta manera mendiga el afecto. Pero aquí no termina la historia. La persona que ama en exceso suele atraer o gravitar hacia quien ama MENOS. Cuando alguien se coloca en el centro de su propio universo, priorizando su bienestar sobre el de los demás, se vuelve egoísta, egocéntrico y, en algunos casos, narcisista. El narcisista se convierte en su propio dios, incapaz de amar verdaderamente a otros porque está demasiado absorto en su propia imagen. Ve a quienes lo rodean como meros súbditos y solo se siente a gusto con aquellos que lo adoran o exaltan. Si no recibe la admiración que espera, adopta el papel de víctima y culpa a los demás por su situación o circunstancias. Nadie nace dependiente Al final de la historia, la persona que ama más termina persiguiendo a quien ama menos, mientras que quien ama menos tolera o acepta a la otra solo por conveniencia o beneficio. Y aquí radica una verdad fundamental: esto no es amor, porque el amor no se mendiga ni causa sufrimiento; sin embargo, existe una buena noticia: nadie nace codependiente; se aprende a serlo. Muchas veces, crecemos observando a alguien que asumía el rol de «salvador» en su entorno: en la familia, con los amigos, en la pareja o incluso en el trabajo. De niños, pudimos interpretar que para ser amados debíamos hacer lo mismo. La mejor parte es que, si la codependencia es un comportamiento aprendido, también puede desaprenderse. Un buen punto de partida es un proceso de 12 pasos para personas codependientes, que permite reconstruir la manera en que nos relacionamos y reencontrarnos con un amor propio sano y equilibrado. Hasta la próxima: Alex Grant Aliado estratégico de Fabián Zolo e invitado del programa De Cerca y Personal. ¿Deseas que tu marca tenga más visibilidad? Tenemos toda una plataforma integral para hacer eso realidad, desde exposición en redes sociales, web, radio y e programa De Cerca y Personal. Conoce como puedes ser un socio patrocinador haciendo clíck aquí mismo.
El amor en tiempos de crisis: ¿Cómo fortalecer tu relación en momentos difíciles?
Vivimos en una era de cambios rápidos y constantes. Problemas económicos, exigencias laborales, tensiones familiares y la incertidumbre del mundo actual han puesto a prueba a muchas parejas. En tiempos de crisis, el amor puede verse debilitado si no se cultiva adecuadamente, pero también puede convertirse en un refugio sólido para enfrentar juntos cualquier tormenta. Las relaciones de pareja son como una planta: si no se riegan y cuidan, pueden marchitarse. Sin embargo, con el esfuerzo adecuado, pueden florecer incluso en los terrenos más hostiles. Este artículo explora estrategias para fortalecer tu relación, mejorar la comunicación y salir más unidos de cualquier adversidad, comencemos con: 1. Comunicación: La clave para superar cualquier tormenta El problema no es la falta de amor, sino la falta de una comunicación efectiva. Durante tiempos difíciles, muchas parejas evitan hablar de lo que sienten por miedo a discutir o simplemente se distancian emocionalmente. El silencio puede convertirse en un enemigo silencioso que erosiona la conexión. Algunos consejos prácticos que te quiero compartir son: En lugar de asumir lo que tu pareja piensa, pregunta directamente: «¿Cómo te sientes con todo esto?». La validación emocional es fundamental. Practiquen la escucha activa: no interrumpas ni pienses en tu respuesta mientras el otro habla. Enfócate en comprender su punto de vista antes de reaccionar. Te invito a realizar el siguiente ejercicio con tu pareja, este simple paso puede marcar mucho la diferencia: Dediquen 10 minutos al día a hablar sin distracciones. Compartan cómo se sintieron durante el día, qué les preocupó y qué los hizo felices. Este simple hábito puede transformar la relación. 2. El estrés y su impacto en la relación El estrés es uno de los principales detonantes de conflictos en pareja. Cuando estamos bajo presión, es más fácil reaccionar impulsivamente, decir cosas hirientes o proyectar nuestras preocupaciones en el otro. Algunas soluciones efectivas que puedes utilizar son: Identifiquen juntos las fuentes de estrés y busquen formas de enfrentarlas en equipo. Antes de responder en una discusión, hagan una pausa. Respirar profundamente por 10 segundos puede evitar una reacción impulsiva que dañe la relación. Dato importante Un estudio de la Universidad de Washington reveló que las parejas que manejan el estrés juntas tienen un 80% más de probabilidades de mantenerse felices a largo plazo. 3. Recuperar la pasión: Volver a enamorarse todos los días El tiempo y la rutina pueden desgastar la chispa de la relación. Pero el amor no se apaga con los años, sino cuando dejamos de nutrirlo. Algunas estrategias para reavivar la conexión son: Recuerden por qué se enamoraron: Hablen sobre su primera cita, los momentos felices y lo que los atrajo el uno al otro. Prioricen el tiempo de calidad: Una cena sin celulares, una caminata juntos o un viaje improvisado pueden hacer maravillas. Exploren juntos algo nuevo: Puede ser una actividad, un hobby, un libro o una conversación profunda sobre sueños y metas. 4. Construir una relación a prueba de crisis Las dificultades son inevitables, pero lo que realmente importa es cómo las parejas las enfrentan. Te quiero compartir algunas acciones clave para fortalecer la relación: Aceptar que las diferencias no son el enemigo: Cada persona tiene una perspectiva única. En lugar de verlo como un problema, puede ser una oportunidad para aprender y crecer. Apoyarse emocionalmente: En los momentos difíciles, en lugar de buscar culpables, conviértanse en aliados. Trabajar en equipo: No es «tú contra mí», sino «nosotros contra el problema». Recuerda el amor es una decisión diaria. Se cuida, se trabaja y se fortalece en cada interacción. En tiempos de crisis, las parejas tienen dos caminos: alejarse o unirse más que nunca. Aquellos que eligen la paciencia, la empatía y la comunicación pueden convertir cualquier desafío en una oportunidad para crecer juntos. Si conoces a alguien que está pasando por un momento difícil en su relación, comparte este artículo con ellos. Juntos podemos construir amores más fuertes y relaciones que perduren a pesar de las tormentas. ¡El amor verdadero siempre encuentra una forma de salir adelante! Nos vemos en la próxima: Mónica Segura Córdoba Aliada estratégica de Fabián Zolo e invitada del programa De Cerca y Personal. ¿Deseas que tu marca tenga más visibilidad? Tenemos toda una plataforma integral para hacer eso realidad, desde exposición en redes sociales, web, radio y e programa De Cerca y Personal. Conoce como puedes ser un socio patrocinador haciendo clíck aquí mismo.
La piedrita en la laguna: El cambio que se expande
Se dice que don Jacinto Benavente, el célebre dramaturgo español, dijo hace casi 100 años que San José era «una aldea alrededor de un teatro». Si así veían a la capital en aquella época, ¿cómo describir entonces a mi pequeño pueblito, Tres Ríos? Aquel rincón tranquilo, a 11 kilómetros al este de San José, donde los cafetales parecían no tener fin, las calles aún eran de tierra y la brisa fresca siempre traía consigo el aroma de la vida y la alegría. Un lugar donde la infancia se vivía sin prisas, con la libertad de explorar sin miedo y la certeza de que cada rincón guardaba una nueva aventura. En aquellos años, una de mis mayores alegrías era ir por las tardes a una laguna con otros chiquillos del barrio. Un sitio mágico, a unos 30 minutos a pie desde el centro del pueblo. Ahí se sabía quién era quién. Los mayores se retaban en concursos casi de nivel campeonato, lanzando piedras planas sobre la superficie del agua, logrando que rebotaran varias veces antes de hundirse. Yo lo intenté muchas veces, pero nunca lo logré. Siempre quedaba descalificado en la primera ronda. Así que, en lugar de eso, encontré otro entretenimiento menos vistoso, pero más alcanzable: lanzar piedritas y observar cómo el agua reaccionaba. Pero lo que más me fascinaba no era el sonido del impacto, sino las ondas que se formaban y se expandían en círculos cada vez más grandes. Me quedaba hipnotizado, preguntándome hasta dónde llegarían antes de desaparecer. Eran momentos interminables, como si la laguna misma no tuviera fin. Claro, todo era inmenso para mí en aquel tiempo. Un recuerdo que regresó con fuerza Aquel recuerdo quedó encapsulado en mi infancia, dormido en algún rincón de mi memoria, hasta que un día, ya en mi vida profesional, durante una charla sobre gestión del cambio, el expositor dijo: «Todo cambio debe ser concéntrico. Y así como el número 111, inicia con uno, sigue con uno y termina con uno.» No sé por qué, pero en ese instante, recordé la laguna. Recordé mis piedritas, recordé las ondas que se formaban, y fue como si un búmeran lanzado en el pasado me golpeara en la frente. Y me di cuenta de algo: el cambio funciona exactamente igual que esas ondas con las que me divertía de pequeño. Quizás, en aquel entonces, no entendía lo especial que era crecer en un lugar así. Pero ahora, al volver a recordar, me doy cuenta de que aquellas memorias no estaban perdidas, solo aguardaban el momento correcto para regresar. El cambio no es un salto, es una expansión Vivimos en una cultura que nos dice que los cambios deben ser radicales, inmediatos, casi cinematográficos. Nos hablan de «reinventarnos», de «dar un giro de 180 grados», de «salir de la zona de confort». Pero, ¿de verdad el cambio funciona así? El cambio real no sucede de golpe. El cambio no es un salto al vacío. El cambio es algo que se expande, poco a poco, a partir de una decisión. Así como una piedrita en la laguna genera ondas que crecen progresivamente, cualquier transformación empieza con una acción pequeña que, con el tiempo, impacta mucho más de lo que imaginamos. Tal vez cambiar algo en nuestra vida o en nuestro entorno no se trata de hacer grandes revoluciones, sino de lanzar la primera piedra y permitir que las ondas hagan su trabajo. ¿Hasta dónde pueden llegar nuestras ondas? El agua nos enseña algo poderoso: no siempre vemos hasta dónde llegan nuestras acciones. A veces, hacemos algo que creemos insignificante, pero termina inspirando a alguien más. A veces, decimos unas pocas palabras que resuenan en la mente de alguien por años. A veces, un pequeño cambio en nosotros mismos se expande hasta transformar nuestro entorno. Así funciona el cambio. No ocurre de un solo golpe, sino que se propaga con el tiempo. Una Piedrita Puede Cambiarlo Todo La laguna de mi infancia sigue existiendo, pero hoy me parece mucho más pequeña de lo que la recordaba. Lo que cambió no fue la laguna, sino mi percepción de ella. Y quizás, en la vida, pase lo mismo con el cambio: a veces lo vemos como algo inmenso y fuera de nuestro alcance, pero cuando nos atrevemos a dar el primer paso, nos damos cuenta de que no era tan imposible como creíamos. El secreto no está en hacer cambios gigantes, sino en empezar con una acción pequeña, como una piedrita lanzada al agua. Porque una sola piedrita en la laguna puede hacer que las ondas lleguen más lejos de lo que imaginamos. Porque el cambio, al igual que las ondas en el agua, empieza con algo pequeño y se expande más allá de lo que imaginamos. «Todo cambio empieza con una piedrita en el agua. ¡Ahora las ondas comienzan a expandirse!» Un viaje que apenas comienza Hoy doy inicio a una serie de artículos que nos invitarán a cuestionarnos, a desafiar nuestras propias limitaciones y a descubrir cómo podemos hacer frente al cambio y a la expansión. A lo largo de esta serie, exploraremos juntos cómo nuestras decisiones más pequeñas pueden generar grandes transformaciones, tanto en nuestra vida personal como en nuestro entorno. ¿Hasta dónde pueden llegar nuestras ondas? Nos vemos en el próximo artículo: José Aurelio Jiménez Aliado estratégico de Fabián Zolo e invitado del programa De Cerca y Personal. ¿Deseas que tu marca tenga más visibilidad? Tenemos toda una plataforma integral para hacer eso realidad, desde exposición en redes sociales, web, radio y e programa De Cerca y Personal. Conoce como puedes ser un socio patrocinador haciendo clíck aquí mismo.
Fuerte ante las circunstancias
Randall Vargas, un periodista deportivo, presentador en radio y televisión, que tiene un gran amor que le acompaña desde siempre: la música. Descubrió desde joven su camino, guiado por una filosofía de vida clara: Disfrutar cada etapa y vivir con intensidad cada experiencia que la vida le presenta. Chocolates de muchos sabores Para Randall, un chocolate amargo bien acompañado puede transformarlo en uno dulce, y en su vida, ha logrado ser fuerte ante las circunstancias gracias a que las personas correctas han estado a su lado. “Hay chocolates dulces, como el amor, que nos impulsan a ser mejores”, expresa Randall al referirse a su esposa, o como él la llama “La Chichi” o “La Baby”; sin embargo, también existen chocolates amargos que representan grandes desafíos, como cuando, frente a un sueño importante, alguien le dijo: “usted no es apto para eso” o incluso aquellos diagnósticos médicos que ninguno de nosotros desea escuchar. La vida es un partido de fútbol Para Randall, la vida es como un partido de fútbol, en el que lo esencial es sacar el máximo provecho de cada jugada. Habrá partidos perdidos, otros en los que el marcador termine en empate, pero también habrá victorias, y en cada uno de ellos siempre existe la oportunidad de aprender y crecer. Conocer al rival es fundamental para trazar una estrategia y arrebatarle la posesión de la pelota. A veces, la vida nos convoca de última hora, interrumpiendo nuestra rutina y concentración, exigiendo toda nuestra atención y esfuerzo, tal como cuando un jugador es llamado para un partido inesperado, obligando al equipo a reorganizarse y dar lo mejor de sí para enfrentar el reto que se presenta. Entre partidos y chocolates A lo largo de la vida, los partidos y los chocolates siempre estarán presentes. El resultado del partido o el sabor del chocolate depende de la visión y la perspectiva que decidamos darle. Randall Vargas nos enseña que la familia, las convicciones, la integridad y la pasión por lo que hacemos y por quienes nos rodean son lo que nos permite enfrentar los desafíos con una mentalidad positiva. A pesar de las dificultades, siempre hay lecciones valiosas de las que podemos aprender y crecer. Es esta actitud la que define no solo el resultado del juego, sino también el sabor del chocolate que elegimos disfrutar en cada momento. https://www.youtube.com/watch?v=UOmqj3u5Yrg&t ¿Deseas que tu marca tenga más visibilidad? Tenemos toda una plataforma integral para hacer eso realidad, desde exposición en redes sociales, web, radio y e programa De Cerca y Personal. Conoce como puedes ser un socio patrocinador haciendo clíck aquí mismo.
Una conexión entre risas, historias y amistad
En este programa, Juan Vainas, Chibolo y Morgan nos ofrecen una conversación llena de risas y anécdotas con un humor que tiene la capacidad de conectar a las personas, romper barreras y llenar a través de una comedia basada en la cultura costarricense. Durante esta plática, estos queridos personajes compartieron su experiencia en el mundo del entretenimiento, el impacto de su trabajo en el público y los retos que han enfrentado a lo largo de su carrera. Un fenómeno cultural Juan Vainas y Chibolo se han convertido en símbolos del humor costarricense desde su aparición en teatro y televisión. Con su característico estilo campesino, han logrado plasmar la esencia del tico, resaltando las costumbres, el lenguaje y la picardía que tanto los identifica. Morgan, con su estilo espontáneo y conquistador, complementa la fórmula perfecta para hacer reír a carcajadas encantando a grandes y chicos. Cada uno de estos personajes llevó un proceso de construcción, permitiendo mostrar a las nuevas generaciones la identidad del costarricense, desde sus palabras, humildad e inocencia, logrando mantenerse en el corazón del público a lo largo de los años. Para ellos, la clave del éxito radica en la autenticidad y en la capacidad de adaptarse a los tiempos sin perder la esencia de su humor. Desafíos y evolución en la comedia actual En un mundo que está en constante cambio los desafíos y la evolución no esperan. Con el progreso de la tecnología y las redes sociales, se han debido adaptar a nuevos formatos y tendencias para seguir conectados con la audiencia. Chibolo (Magdiel Ramírez) mencionó cómo aparte del teatro y televisión han explorado plataformas digitales para llegar a las nuevas generaciones sin perder la esencia de su humor. Otro desafío importante es encontrar el equilibrio entre el humor y la sensibilidad del público actual. «Antes uno hacía un chiste y la gente se reía, pero ahora hay que tener más cuidado con lo que se dice porque cualquier cosa puede malinterpretarse», comentó Morgan (Mauricio Astorga). A pesar de esto, los tres coinciden en que la clave está en hacer reír con respeto e ingenuidad, sin necesidad de recurrir a la burla o la ofensa. Lenguaje universal para conectar por con el público Si en algo coinciden nuestros tres amigos, es en que el humor no solamente se trata de una forma de entretenimiento, sino también una herramienta para conectar con las personas y sobrellevar momentos difíciles. En esta entrevista nos compartieron experiencias conmovedoras de fans que les han comentado cómo sus programas, sketches y actuaciones en vivo han sido un alivio en tiempos difíciles. «El mejor pago que podemos recibir no es el dinero, sino las sonrisas del público», mencionó Juan Vainas (Ricardo Jiménez) durante la conversación, destacando que su motivación principal es hacer reír y llevar alegría a los hogares costarricenses. Improvisando a través de la vida Desde la visión de nuestros invitados, en la vida, es fundamental tener claro nuestro propósito, pero también estar abiertos a la posibilidad del cambio de libreto. A veces, las circunstancias nos sacan del guión y nos llevan por rutas inesperadas, y es ahí donde debemos estar atentos, no solo a lo que planificamos, sino también a las oportunidades y aprendizajes que surgen en el proceso. La realidad no siempre sigue una estructura fija, y adaptarnos con conciencia y claridad nos permitirá seguir avanzando sin perder de vista nuestra verdadera misión. A lo largo de nuestra vida, el humor juega un papel importantísimo, y estos talentosos comediantes nos recordaron cómo la risa no solo nos une, sino que también actúa como una poderosa herramienta de conexión, sanación y resiliencia, especialmente en los momentos más desafiantes, donde muchas veces, hay que improvisar. https://www.youtube.com/watch?v=U_C66aUcKlI&t ¿Deseas que tu marca tenga más visibilidad? Tenemos toda una plataforma integral para hacer eso realidad, desde exposición en redes sociales, web, radio y e programa De Cerca y Personal. Conoce como puedes ser un socio patrocinador haciendo clíck aquí mismo.
Segundas oportunidades
Alex Grant y Mishelle Mitchell: dos profesionales que han sabido transformar los desafíos en nuevas oportunidades y que a través de su experiencia, nos muestran cómo la resiliencia, la autenticidad y la innovación pueden abrir caminos inesperados incluso en los momentos más difíciles. Clave para las segundas oportunidades Según Alex y Mishelle, la inteligencia emocional es fundamental para aprovechar las segundas oportunidades, ya que nos permite reconocer, gestionar y administrar tanto nuestras propias emociones como las de los demás. Al trabajar en nuestro crecimiento personal, emociones y explorar nuestra identidad, comprendemos nuestro verdadero valor y la importancia de reafirmarlo en estos momentos clave. Reconstruyendo la verdad «Es importante mantener la integridad y la pasión, incluso cuando las circunstancias parecen adversas.» – Mishelle Mitchell En esta entrevista, exploramos cómo la transparencia y la autenticidad son fundamentales para construir relaciones sólidas y creíbles. Cuando ocultamos la verdad o distorsionamos los hechos, la confianza se ve profundamente afectada, y en muchos casos, las consecuencias pueden ser irreparables. Reconstruir la verdad no se trata solo de corregir errores, sino de comprometernos con la honestidad, reconocer nuestra vulnerabilidad y actuar con integridad. Solo así podemos fortalecer nuestra credibilidad y fomentar conexiones genuinas, tanto en lo personal como en lo profesional. Innovar desde adentro Innovar no es solo crear algo nuevo, sino también atreverse a vivir un cambio interno. Implica detenernos, mirar hacia adentro y reconocer cuáles son nuestros propios bloqueos antes de culpar a otros por nuestras circunstancias. Se trata de darnos el tiempo necesario para sanar desde el interior y, solo entonces, reconstruir con una base más firme y consciente. Para Alex Grant, «el cambio es inevitable, pero nuestra actitud hacia él es lo que define nuestro futuro.» Las segundas oportunidades no llegan por sí solas; hay que buscarlas, trabajarlas y, sobre todo, creer en ellas. El pasado no define lo que somos ni lo que podemos llegar a ser. https://www.youtube.com/watch?v=9BmtpHquxHQ
El periodismo a través de Pilar Cisneros
“No sé si fui buena, pero traté de dar lo mejor de mí y nunca tuve miedo”. -Pilar Cisneros Cuando hablamos de periodismo influyente, honesto e íntegro en Costa Rica, es inevitable mencionar a Pilar Cisneros. Su trayectoria profesional ha estado marcada por la incansable búsqueda de la verdad, dejando un legado en el ejercicio de su profesión. En De Cerca y Personal tuvimos el honor de conversar con ella y embarcarnos en un viaje lleno de reflexiones, experiencias y una visión única del periodismo. Y como siempre, Pilar no tuvo pelos en la lengua… Hoy, Pilar Cisneros es mucho más que una comunicadora destacada. Es también esposa, madre de tres hijos y, desde el 2022, diputada. En nuestro programa, hablamos sobre los principios que han guiado su vida y su profesión, así como de sus metas actuales. Conocimos a Pilar detrás de cámaras: una apasionada amante de las aves, fascinada por su singularidad y estilo de vida. Esta pasión es la razón por la cual sus días comienzan de madrugada, compartiendo con su familia la aventura de ir a «pajarear». ¿Qué le preocupa a Pilar del periodismo actual? “El periodismo actual se ha vuelto ‘más cobardito’ porque, al evitarse problemas o conflictos, muchos periodistas no van más allá de solo informar. El periodismo debería ser mucho más que eso; debería orientar a las personas, asumir su rol de denunciante, actuar como vigilante y, cuando sea necesario, ser confrontativo para llegar a la verdad», -señaló doña Pilar. «Ahora más que nunca, necesitamos periodistas comprometidos con la verdad, que no se dejen llevar por la inmediatez, sino que prioricen la calidad y la profundidad de la investigación. Solo así lograremos que el periodismo recupere su esencia y su impacto en la sociedad”, enfatizó. La esencia del periodismo El periodismo tiene el poder de construir o destruir, de informar o desinformar. Hoy más que nunca, se necesita de profesionales éticos, íntegros y con sólidos valores. Comunicadores comprometidos con la verdad, la investigación profunda y la esencia transformadora de su profesión, capaces de hacer que una sociedad dormida vuelva a pensar. El periodista más allá de informar debe inspirar cambios, fortalecer la democracia y darle voz a quienes no la tienen. ¿Deseas que tu marca tenga más visibilidad? Tenemos toda una plataforma integral para hacer eso realidad, desde exposición en redes sociales, web, radio y e programa De Cerca y Personal. Conoce como puedes ser un socio patrocinador haciendo clíck aquí mismo.
La digitalización: un amigo a medias
Es curioso como lo mínimo, suele ser en algunas ocasiones un común denominador a lo largo de la vida, en lo académico, el esfuerzo se reduce a pasar una materia, pero no a destacar, en lo laboral es una cuestión de subsistencia, pero no de pasión y en lo cotidiano, es vivir para pagar y pagar para vivir, como un engranaje que gira sin propósito ni dirección. Caminamos bajo la sombra de lo posible, en el límite de lo que es apenas creíble y le damos la espalda a la ilusión de las pequeñas cosas que hacen a aquello que llamamos vida algo especial. ¿Cuándo vamos a parar? Lo mínimo tiene un nuevo cómplice llamado: digitalización. Un aliado que, como un espejo empañado, refleja eficiencia, pero esconde la trampa de la complacencia y la pérdida del criterio propio. Este amigo fiel le permite trabajar menos, incluso hace su trabajo y de vez en cuando le presenta a la procrastinación como una amiga encomiable. Juntos el mínimo esfuerzo y la digitalización son invencibles, capaces de crear tesis a base de inteligencia artificial, producir documentos sin saber la diferencia entre agudas, graves y esdrújulas y redactar comunicados profesionales sin tan siquiera saber hablar. No me malinterpreten, realmente creo en la amistad y en que sin duda la digitalización tiene sus ventajas, pero cuando se convierte en el bastón de quienes no quieren caminar, en lugar de ser un puente hacia el conocimiento, se transforma en un abismo interminable en el que nos podemos perder. Sin darse cuenta al mínimo esfuerzo le están alimentando cada vez más sus demonios, un amigo que «solo vino a ayudar» le ha robado la poca alma que le queda, sus ganas de trabajar y le ha presentado a dos nuevas compañeras: la mediocridad y la desinformación. Según el Informe sobre Riesgos Mundiales 2024 del Foro Económico Mundial, la desinformación es el principal vendaval que amenaza con arrasar la verdad en los próximos dos años y el quinto riesgo en los próximos diez. Ante este panorama, surge una inquietante pregunta: ¿será que la advertencia de Albert Einstein se está cumpliendo? Cuando dijo: «Temo por el día en que la tecnología sobrepase la interacción humana. El mundo solo tendrá una generación de idiotas.” No se trata de rechazar la digitalización, sino de usarla con criterio, convirtiéndola en una aliada del conocimiento y no en una excusa para la comodidad. Porque el verdadero peligro no es la tecnología en sí, sino la indiferencia con la que la dejamos pensar por nosotros mismos. En un mundo donde las mentiras se propagan más rápido que la verdad, el pensamiento crítico ya no es una opción, sino una necesidad. La pregunta no es si la tecnología seguirá avanzando, sino si nosotros avanzaremos con ella o nos dejaremos arrastrar por su corriente. ¿Seguirá ganando el mínimo esfuerzo o tomaremos el control de nuestro propio conocimiento? El éxito no es para quienes flotan a la deriva, sino para quienes toman el timón y reman contra la corriente. | Me interesa conocer de cerca a Fabián