
Lo interesante del comportamiento humano es que cuando se lo propone, puede encontrar un elemento diferenciador que nos une en un objetivo común: salvar nuestro planeta; sin embargo, haciendo una introspectiva a nuestro microentorno no podemos descuidar otro tipo de clima y que es igual de importante para nuestra supervivencia y forma parte del ecosistema cotidiano, me refiero al clima laboral.
Cuando hablamos de clima organizacional casi de inmediato podemos pensar en un maravilloso verano de lindos colores o, por el contrario, un invierno huracanado; somos capaces de sentir a flor de piel el ambiente de nuestro lugar de trabajo, emociones como: motivación, plenitud y calidez, pero también desmotivación, frustración y malestar general, forman parte del horizonte de muchas organizaciones. Lo cierto es que trabajamos la mayor parte de nuestra vida para poder desarrollarnos, dedicando más del 50% de nuestra existencia al ámbito laboral, por eso es tan importante gestionar un ecosistema que pueda subsistir a largo plazo donde el ambiente laboral pueda desarrollar propiedades que impacten positivamente dentro y fuera del lugar de trabajo.
El ecosistema laboral esconde un alto nivel de complejidad, ya que configura la interacción de todos los elementos que forman parte de la organización con sus respectivas cualidades y características personales, esto impacta directamente en su comportamiento y percepción subjetiva es decir que existen diversas interpretaciones para una misma situación. Por esto es que el clima organizacional juega un papel preponderante en los centros de trabajo, en él radica el éxito de la productividad, cumplimiento de objetivos y balance en las métricas de un determinado período.

Sin embargo, no podemos dejar de lado que hace una coalición directa con la gestión del capital humano, esto porque las empresas con una gestión eficaz de la cultura organizacional además de proveer un buen ambiente laboral, de transparencia y comunicación asertiva, proporcionan competencias enfocadas al logro de objetivos, desarrollo de herramientas que permiten el crecimiento integral de su gente y compromiso con los valores que sostienen la organización. De modo que los procesos inherentes a la gestión del clima organizacional contribuyen de manera significativa al cumplimiento de los objetivos internos, de la misma manera que, en el ámbito externo posicionan la marca de la empresa en los diferentes mercados funcionando no solo para optimizar sus ingresos, sino como una herramienta para atraer talento humano y captar los mejores colaboradores del mercado para sus organizaciones.
La gestión del capital humano juega un papel esencial en cualquier empresa que desea tener un buen clima organizacional, aumentar la productividad y trabajar anímicamente a sus talentos para garantizar la eficiencia en su desempeño.
Como elementos dentro de una organización debemos ser conscientes de la transcendencia de nuestras acciones y como podemos liderar desde cualquier posición positiva o negativamente, cada acción tiene el poder de influenciar sobre los demás miembros del equipo para construir puentes y cerrar brechas, la clave está en la consistencia de los pequeños hábitos para formar una cultura. El poder de la cultura organizacional es un detonante para un cambio de actitud que impacte de forma positiva en los colaboradores.
Los valores son los cimientos del carácter que nos permiten poner la estructura sobre la cual la organización va a diseñar una buena cultura organizacional que genere resultados a largo plazo. El comportamiento y la actitud son valores en acción, cuando tenemos claros los valores hacemos crecer la cultura y no solo garantizamos los resultados, sino que desarrollamos el carácter de la organización en sí misma; de modo que podemos ver a la cultura como la ventaja competitiva de la organización.
En estos días meditamos mucho sobre el cambio climático y sus repercusiones a nivel global, hay una parte importante de la biodiversidad biológica que se encuentra en riesgo a largo plazo, por lo que es inevitable no pensar en los distintos ecosistemas y cuestionarnos su capacidad de supervivencia en un mundo cada vez más contaminado por los avances industriales; por otro lado, vemos los esfuerzos de las distintas ONG y su arduo trabajo de la mano de los gobiernos, el cual ha sido vital para mitigar de alguna manera el impacto sobre las especies en peligro de extinción.
Les comparto a continuación algunos aceleradores que incrementan el bienestar de la cultura organizacional.
Liderazgo
Necesitamos gestionar a los equipos en 3 ejes principales, escuchar a los equipos de trabajo, trabajar desde la inteligencia emocional y no asumir o dar las cosas por sentadas.
Responsabilidad
Delegar es una opción para mejorar esta área, los colaboradores deben sentir empoderamiento de que pueden tomar sus propias decisiones y que son responsables de sus resultados.
Flexibilidad
Se debe reducir el número de reglas innecesarias y alentar a los colaboradores a dar nuevas ideas.
Estándares
Se puede entender como el desempeño esperado. Se puede mejorar teniendo un sistema de reconocimiento proporcional a las metas que se alcancen.
Compromiso del Equipo
Es el sentimiento de lealtad y orgullo de pertenecer a una organización. La cultura se construye con el comportamiento, la interacción y es responsabilidad de cada elemento del equipo.
Claridad
La cultura es más importante que la estrategia. Necesitamos procedimientos, políticas, estructura organizacional clara y congruente. Una de las frustraciones más frecuentes de los colaboradores es no saber qué espera la empresa de ellos, se logra mejorar diciendo exactamente lo que se espera de cada colaborador.
Parte fundamental de un buen ambiente laboral es comprender que las personas actúan según patrones de comportamiento que son explicados por diversas causas. Elementos como la personalidad del individuo, el entorno, el ambiente de trabajo, etc., actúan sobre el comportamiento humano.
La motivación nos permite mantener cierta continuidad en las acciones, para acercarnos a la consecución de un objetivo e incrementa la capacidad para influir en el entorno y reducir las resistencias al cambio; hoy más que nunca tenemos el reto de construir desde nuestra posición un mejor clima organizacional, comprendiendo que es el elemento crucial para garantizar el éxito de cualquier empresa.
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